Anoche cometí una estupidez, salí de casa a la 1 am, a pedirle al imbécil que tenia la música a todo volumen, que por favor, bajara su ruido para dormir al bb... su respuesta mal pedo, fue: pero no esta alto señora... le bajo, pero no esta enojada verdad?!
No esta enojada??!!!
WTF!!!
No esta enojada??!!!
WTF!!!
La menor provocación
21/09/2016 01:02 AM
El domingo por la noche es una difícil emergencia. La música de los vecinos había sonado 30 horas. Leyó usted bien: 30 horas de una rara cosa que llaman música trans. Yo le llamo punchis-punchis. Una de la mañana. Salgo de mi casa y les toco a los vecinos para pedirles que le bajen a la música, que mañana es lunes. Un joven de unos 30 años, amable, me dice que desde luego pondrá su música en bajos decibeles. Le agradezco, y como suele decirse, paso a retirarme. Una gran lección de civilidad. A dormir.
Media hora más tarde me despierta el sonido del fin del mundo. Abandono mi domicilio (la prosa notarial es fácil y atractiva), con los pelos literalmente de punta llamo a la puerta, con fuerza, y me quejo airadamente. Detrás del joven amable aparece un cuarentón blanco, urbano, fuerte, que me insulta con la rapidez y la decisión de un rufián. Se encuentra detrás de una reja detrás de la cual está la puerta de su casa. Las infamias casi todas son homófobas: “pinche puto, salgo y te rompo la madre a cachetadas”. Resumo en una frase 15 minutos de injurias.
Fiel al aforismo legendario de Pagés Llergo que decía que al que se agacha se lo chingan doble, lo llamo a la calle. Soy mi padre y eso me deprime, pero ésa es otra historia: sal y acá nos rompemos la madre si eres tan verga. Ya dije que el falocentrismo domina la agresión machista. Los amigos jóvenes detienen al orangután. No sale.
Me dice esto: “no sabes con quien te viniste a meter, puto”, de nuevo, homofobia y destrucción: “No te la vas a acabar, voy a pedir una camioneta y te vamos a dar un levantón, puto, a ti y a toda tu familia, pero antes te vamos a coger. Ya valiste. Te atreviste a tocar en mi casa”.
Regreso a la madrugada y pienso en lo que acaba de ocurrir: me han amenazado de muerte, a mí y a mi familia. Marco números de amigos. Me ayudan las autoridades de Ciudad de México. Se dice que en esa casa entran y salen paquetes, entregan cosas, van y vienen mensajeros en la noche.
El delegado Monreal, ¿gobierna algo? Estoy amenazado y he tomado cartas en el asunto.
rafael.perezgay@milenio.com
Twitter: @RPerezGay
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